lunes, febrero 18, 2019

El triunfo de los espejismos

Desde sus inicios por allá en la agonía del siglo XIX, el cine ha sido una parte relevante en la creación de estereotipos e ídolos a seguir que marcaron nuestra sociedad, sus modelos y tendencias... Empero, al comienzo sólo se limitó a capturar la realidad tal y como nuestros ojos la ven. Sin embargo, prontamente se comprendieron algunos alcances que tenía esta nueva herramienta y se usó para entretener, motivación que lo mueve hasta nuestros días, solo que en el presente y desde hace unos lustros atrás, se ha utilizado de manera abusiva para promover ideas que a mi entender han contribuído de manera decisiva a edificar la sociedad tal y como la conocemos...

La globalizante industria del celuloide ha definido con éxito las tendencias, roles y conductas deseables en todas las generaciones de jóvenes desde los años 40, por allá en el lejano siglo XX, hasta ahorita mismo... y para lograrlo, paulatinamente, se armó y afianzó su triangúlo de la vida, donde, por un lado, cuenta con la más selecta, bella y talentosa tropa de fascinadores, llamados actores y actrices, por el otro, se afirma con la más ingeniosa, tolerante y divertida manga de artífices, conocidos como guionistas y la tercera pata, la que le da sentido y coherencia, está compuesta por la, ya saben, más creativa, sensible y adoctrinada manada de ilusionistas, bien tildados como directores.

Con toda esta parafernalia nos ha bombardeado incesante, dirigida y sutilmente por medio de mensajes que, gracias a su persistencia, ha moldeado nuestra civilización con sus estereotipos y, con ello han... caricaturizado, disipado, la verdad con mentiras, medias verdades y emocionantes distorciones... donde el jovencito ni se despeina y, en medio del desierto, no le corre ni la gota después de matar a 6 gandules como quien se lava los dientes...

El bueno era casi siempre blanco, el negro o latino moría primero en una película de terror, en todas las escenas de exteriores, las minas son todas o casi todas, bellas, esculturales y los hombres andan por ahí también... todo el relleno es perfecto, la garzona es linda, el botones tiene lo suyo, Todos los jovencitos de esas innumerables películas de amor gringa, al final elije con el corazón y se queda con la mina...

Ustedes dirán, este we... ya se nos puso canuto... jajajajaj... y nada más lejos, hermanos... jajajaj... Ok... Seriamente, puedo afirmarles que no es ni cartuchismoni nada parecido, sino el darme cuenta que nuestra cultura está impresa en 35 mm y que el cine nos ha convencido de muchas cosas que a la postre han dañado a la sociedad, convirtiéndola en un atado de libertinaje donde el más pillo se queda con el premio... y la verdad no debería ser así... El amor como sentimiento, el hombre como dueño de sí mismo, la relatividad de los principios y lo dañino de las tradiciones... en fin... suma y sigue... Hollywood nos ha enseñado, a mi modo de ver, que los espejismos pueden ser mucho más reales que la misma realidad...



Yo opino... decía el entrañable Chapulín Colorado

Cháchara y rollos de C Salvo

Este espacio, o sea, Un día en la ciudad, tiene la esperanza de algún día parecerse a una columna de opinión donde espero poder continuar:
  • Tratando los temas que me interesan, y
  • Dejando testimonio de lo que alguna vez pensé sobre esto o aquello... (oigan, he cambiado harto desde que empecé hace 13 años {no corridos} en esto)
En fin, no pretendo molestar a nadie, pero si pasa... lo lamento... Y... de verdad, gracias por leerme... ;-)

... Un momento enano, como decía Pedro Picapiedra, antes del fin, necesito decir que el nombre de este blog es de autoría de Iván Muñoz, el Tutito, amigo de mil batallas perrunas en las lides de la Gloriosa Población San Joaquín en nuestros ya idos, pero con cariño recordados, años mozos.

Dicho esto... ahí van... :-)

 

Todo comentario realizado con respeto es bienvenido.

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