viernes, marzo 29, 2019

Más romanos que los romanos

Dentro de las muchas tradiciones que el Imperio Romano nos legó, no me deja de impresionar la herencia que significa esa sutil y solapada forma de enfrentar la vida donde lo legal está por sobre lo moral o lo correcto... Donde el protagonista es El imperio de la Ley y sus procedimientos... Orden le llamaron entonces, orden le llamamos ahora...

La verdad, no sé si ellos lo inventaron, pero lo que sí sé, es que los romanos fueron quienes lograron con mayor elegancia y sutileza separar lo incorrecto, inmoral, lo censurable o, dicho coloquialmente, lo "malo" de lo ilegal y convencerse y convencer al resto de que es más importante que sea legal a que se haya realizado moral e íntegramente dentro de lo que todos conocemos y aceptamos como lo correcto... Dicho de otro modo... Cualquier acto que se realice, si cumple con todos los requisitos que exije la ley para que sea válido, entonces es legal, es decir, estuvo bien hecho y punto!!!

Ellos y su aceitada burocracia. En efecto, tras superar inestables monarquías en sus inicios como pueblo, por allá en el siglo VIII A.C, durante casi 500 años gozaron, abusaron y agotaron un sistema de gobierno que los que saben le llaman República donde desde sus inicios establecieron el imperio de la ley como la forma de organizarse y civilizarse, separándose así del resto, tildándolos, peyorativamente por supuesto, de bárbaros.

Entre el 509 A.C y el 27 A.C El Senado era la cúlmine de una carrera política, larga y no exenta de duros pesares... repleta de intrigas y sucias jugadas entre competidores... Igual que ahora, igual que siempre... Sin embargo, para que un romano llegara a formar parte del Senado, debía cumplir con algunos pocos requisitos, incluso una verdadera vicoca, diría mi Nona, en comparación con lo que se pide en Chile, por ejemplo, para el mismo cargo...

En Roma, durante la República, había que cumplir con varios cargos antes, casi todos elegidos mediante elecciones a viva voz. Cada comisión se prolongaba, tres con suerte, 4 o 5 años sin ella y con enemigos con tezón... Cada cargo desempeñado, respaldado por una agenda legislativa que diera cuenta de sus aportes al Estado y al pueblo de Roma, debía estar... Ah.. También, dentro del check list, pedían -como a la pasada- algunas campañas militares en el cuerpo... Ya saben, si participaron en la rebelión de no sé quienes o aplastó a los germanos no sé dónde...

En el fondo, para llegar al poder, pedían mérito, carrera, competencias... Y, como broche de oro, para ser el príncipe del Senado, el hombrón debía ser Cónsul al menos en tres provincias por 7 años en cada una... Realmente no solo era una carrera o un oficio el ser político en Roma, era una forma de vida y lo curioso es que, a pesar de existir una clara y dura diferencia entre las clases sociales de los Romanos, cualquiera con inteligencia, audacia, sagacidad y buena oratoria, podía escalar en la burocracia romana, el origen seguía siendo muy importante, empero no determinante.

Roma sufrió de lo mismo que sufrimos nosotros... la corrupción y las luchas internas les terminó de socavar los cimientos morales al pueblo, el cual se reveló contra una autoridad que ya no tenía esa autoridad que antaño irradiaba y, sucumbieron, poco a poco, como digno gigante que era, pero de forma definitiva e inequívoca, dejando tras de sí un vacío de poder e identidad en una Europa que entraba, sumida en el caos y la ignorancia, a la Edad Media... Tiempos donde se perdieron varias buenas costumbres y tradiciones, menos lo sutil de las formas en las que la señora con los ojos vendados y la espada y la balanza juzga de acuerdo a origen y recursos para determinar justicia de acuerdo a la ley. Fue el distanciamiento final entre la nobleza y su pueblo...

En fin... De Roma heredamos casi toda nuestra cosmovisión... y esa sutileza de lo legal en desmedro de lo correcto se fue convirtiéndo lenta, pero irremediablemente en el imperio de la injusticia y el abuso dentro de los marcos legales, que, sumado en nuestro país al egoísmo, falta de escrúpulos y carencia absoluta de integridad que abunda en nuestras clases política y aristocrática, son el caldo de cultivo para el desarrollo y proliferación de la corrupción y sedición en las esferas burocráticas que tienen por misión moral el de velar por sus súbditos o representados y han hecho todo lo contrario, enriqueciéndose de formas deshonestas y, al mismo tiempo, exijiéndole al pueblo rectitud y conciencia en cada uno de sus actos... Esa doble moral o doble estándar, es el que ya no se puede ocultar como antaño. Todo gracias a la tecnología, el fruto primogénito de nuestro intelecto y que nos diferenció del resto de las criaturas de Dios...

1 comentario:

...


Yo opino... decía el entrañable Chapulín Colorado

Cháchara y rollos de C Salvo

Este espacio, o sea, Un día en la ciudad, tiene la esperanza de algún día parecerse a una columna de opinión donde espero poder continuar:
  • Tratando los temas que me interesan, y
  • Dejando testimonio de lo que alguna vez pensé sobre esto o aquello... (oigan, he cambiado harto desde que empecé hace 13 años {no corridos} en esto)
En fin, no pretendo molestar a nadie, pero si pasa... lo lamento... Y... de verdad, gracias por leerme... ;-)

... Un momento enano, como decía Pedro Picapiedra, antes del fin, necesito decir que el nombre de este blog es de autoría de Iván Muñoz, el Tutito, amigo de mil batallas perrunas en las lides de la Gloriosa Población San Joaquín en nuestros ya idos, pero con cariño recordados, años mozos.

Dicho esto... ahí van... :-)

 

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