lunes, agosto 07, 2023

Reflexiones sobre la ignorancia, la estupidez y la libertad de pensamiento

 Mi sabio padre me dijo una vez que la ignorancia se quita con una pregunta, pero que la estupidez no tiene remedio.También siempre me instó a ser un libre pensador, ya que no es malo cuestionarlo todo, pues solo una fe puesta a prueba es digna de llamarse Fe.

 Me dio muchos más consejos, pero con esos dos he vivido mi vida y gracias a ellos sin ser religioso, tengo a Dios en mi corazón, sin ser militante socialista, creo en la justicia social y la equidad y que la pobreza en los bolsillos no es nada comparada con la que se enquista en el alma. 

Ignorancia

 Conozco personas que se etiquetan, por ejemplo como expertos en historia de Chile, pero solo se nutren selectivamente de autores que corroboran la versión oficial del cuento, desechando a priori cualesquiera relato ajeno a su doctrina o posición ideológica. No les interesa la verdad, solo buscan imponer su punto de vista y lo alarmante es que lo hacen a cualquier costo.

 Los humanos somos peculiares. Cada familia (incluyo la mía, por supuesto) cree que es la mejor, la más grande, más unida, más dicharachera o lo que sea. Ese comportamiento casi genético se llama etnocentrismo y lo compartimos todos los primates. 

 Dicho esto, podemos asumir a simple vista que el creerse superior a otro per se, es un hábito primitivo y debe ser erradicado. Quizás así, los nefastos nacionalismos pierdan el tremendo protagonismo que hoy ostentan en varias cámaras legislativas en todo el mundo.

 Si me siguen podríamos concluir que odiar a otros por motivos religiosos, políticos, culturales o étnicos es una conducta estúpida y ajena a un ser capaz de pensar, pero no de uno motivado por la codicia y la búsqueda del poder. Todos los líderes en algún momento han explotado estos bajos sentimientos, barnizándolos con capas de una deslavada y cínica identidad patriótica.  

Estupidez

 Y aquí entramos en lo medular del asunto. La necesaria y eficiente jerarquización que se dio de manera natural durante nuestro extenso período de nomadismo, se sofisticó al asentarnos, acentuando las diferencias sociales y derivando en su función principal. 

 El jefe ya no es solo uno más, con la responsabilidad de la guía. De la noche a la mañana, desaparecieron los iguales, dejando su lugar a los súbditos. El jefe ya no solo organiza, ahora gobierna y quien llega a esa posición, rara vez desea abandonarla. Para ser jefe ya no solo bastaba con ser el más rápido, fuerte o mejor cazador, ahora además era necesario ser calculador con los actos y palabras, hábil en identificar a los potenciales adversarios y sutil a la hora de relacionarse con ellos. 

 Al fin y al cabo, don Diego de la Vega en La máscara del Zorro, le dice al personaje de Antonio Banderas, "un noble no es más que alguien que piensa una cosa y dice otra", manifestando, de forma irónica e hilarante una de las muchas verdades que andan circulando por ahí y que no cotizamos porque cuando las enfrentamos nos producen una clara disonancia cognitiva.

 Escuché ese concepto por primera vez en la voz de mi papá. Recuerdo que estábamos al calor de unos huevos duros con sal y un buen cabernet, explicándome el por qué, sin dejar de creer en Dios, se alejó de la religión o siendo socialista de los Saint Germain, renunció al partido por no comprender la obstinación de algunos líderes de buscar el uso de las armas a pesar de gobernar al Estado, llegando hasta ahí por la inédita vía del voto. 

 Era la primera vez que el socialismo se instauraba en el poder por los canales institucionales y democráticos y la ideología, mezclada con la bajeza de espíritu, cegó a quienes debieron guiarnos a una verdadera sociedad social demócrata. Este país no está dividido por las doctrinas o religiones... lo está porque los de uno y otro lado no asumen con gallardía y honor sus pobres papeles en los eventos que desembocaron en el cruento y erróneamente celebrado 11 de septiembre de 1973. La historia aún no se da cuenta que ese día todos perdimos.

Libre pensador

 El ser libre pensador tiene sus bemoles. Mi viejo decía que una persona deja de ser dueña de sí misma en el momento en el que se olvida de cuestionar las bases de sus propias creencias. El no someterlas al escrutinio del discernimiento y el sentido común, aunque sean una "ley" comprobada, raya en lo que llamaremos una actitud dogmática, la que por definición adolece de la necesidad de la búsqueda de la verdad, caracterizándose por la menesterosa urgencia de tener la razón, imponiéndola si es necesario.

 En estricto rigor, si importa nuestro origen, pero para los efectos de este conjunto de ideas, quien o lo que sea que nos creó, tuvo la gentileza de darnos la posibilidad de adquirir inteligencia, discernimiento, libre albedrío y sentido común... entonces ¿por qué no usarlos? o más bien, ¿por qué usarlos egoístamente?

 Es menester que nos hagamos constantemente preguntas y nos dediquemos a encontrar las respuestas. Ese aparentemente fútil ejercicio es lo que se pretende eliminar de la rutina diaria de las personas y por ello sacaron de la malla escolar materias innecesarias como filosofía e historia. Hoy por hoy nuestros niños pasan más horas en el colegio que en la casa y, curiosamente, con los años salen menos preparados y más ignorantes que nosotros y hasta donde recuerdo debiese ser al revés, pues cualquier padre sensato quiere, espera, desea que sus hijos sean mejores personas que él, ¿o no? 

Ejercitando

 Cuestionamientos sencillos como ¿quién se beneficia con la ilegalidad de las drogas? podrían generar respuestas asombrosas. Si conociéramos algo de historia, entenderíamos por la experiencia de los Estados Unidos y la prohibición de la venta de alcohol antes de los años 30 que mantener ese tipo de sustancias al margen de la ley solo genera la aparición de organizaciones que buscarán lucrar de la situación, generándose grandes ganancias para sí, sin pagar un centavo de impuesto por ello.

 En efecto, en la actualidad. el Estado gasta trillonarias sumas y recursos para combatir las consecuencias de mantener a las drogas fuera del mercado. Pareciera que a propósito dividieran sus energías entre tratar de impedir el ingreso al país de las sustancias, vigilar a las bandas que la distribuyen en las calles, guerrear a balazos con dichas asociaciones ilícitas de cuando en vez, mantener sobrepasado al sistema judicial y penitenciario y abandonar a su suerte a los adictos.

 Ahora bien, si las drogas fueran legales, los recursos solo se invertirían en tratar a los adictos y crear y mantener campañas de información para prevenir su consumo. Los dineros obtenidos a través de los impuestos, serían los utilizados en dichos nichos. Entonces, vuelvo a preguntar... ¿quién gana con la ilegalidad de las drogas? En las series de detectives siempre se dice que para saber quién es o lo hizo, solo hay que seguir la ruta del dinero.

 Mucho se habla de lo funesta que es la pornografía. Que deforma la mente de quienes la consumen, que degrada a la mujer, que la convierte en un pedazo de carne, que le quita su intrínseca dignidad, que la cosifica, que es una manifestación del patriarcado, que esto, que aquello... Y yo vuelvo a preguntar... ¿por qué existe? ¿Quién se beneficia?

 La mayoría dirá que existe porque genera mucho dinero y los que la eligen como oficio se acercan a ella por eso y porque les gusta desmedidamente el sexo. Ahora bien, creo que en ese análisis falta un tremendo detalle. La pornografía existe porque es una manifestación de nuestras depravaciones y porque hay mujeres que sienten haber nacido para ese mundo y en ningún caso estiman que su dignidad está en juego al entregarse a los delirios de la carne con el propósito de obtener ganancias pecuniarias por ello.

 No se detienen por cuestiones que tienen que ver con la eterna dialéctica entre el bien y mal y el relativismo físico se palpa con preclara nitidez en la sociedad al relativizar sus cimientos escatológicos no para cuestionarlos, sino que para desafiarlos o peor aún, destruirlos. Hipócritas. Hablan de la diversidad, sin embargo, el discurso solo alude a aumentar las opciones sexuales y para nada incluyen en ese respeto, por ejemplo, a las demás razas de humanos que cohabitan con el hombre blanco en este planeta. 

 El cinismo nos está consumiendo como personas y como sociedad. Nos mentimos a nosotros mismos con emotivos mensajes publicitarios y propagandísticos que dan cuenta de cómo nos gustaría fueran las cosas, pero la realidad de las cosas es que la codicia es el motor moral de las mismas compañías que financian dichas declaraciones rimbombantes de amor y confraternidad.

 Antes no lo creía, pero ahora sí... Hubo un fugaz relámpago de esperanza aquel octubre de 2019, pero no todo fue pérdidas, pues para los que quisieron verlo, fuimos testigos de cómo funciona la matrix. Los políticos de todos los colores se alinearon, en contra de la voluntad de sus representados para defender un sistema corrupto y abusivo, dejando en claro lo que el gran Nicanor perfectamente definió, cuando con tinta en el papel garabateó que "la derecha y la izquierda unidas, jamás serán vencidas".  

 

  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

...


Yo opino... decía el entrañable Chapulín Colorado

Cháchara y rollos de C Salvo

Este espacio, o sea, Un día en la ciudad, tiene la esperanza de algún día parecerse a una columna de opinión donde espero poder continuar:
  • Tratando los temas que me interesan, y
  • Dejando testimonio de lo que alguna vez pensé sobre esto o aquello... (oigan, he cambiado harto desde que empecé hace 13 años {no corridos} en esto)
En fin, no pretendo molestar a nadie, pero si pasa... lo lamento... Y... de verdad, gracias por leerme... ;-)

... Un momento enano, como decía Pedro Picapiedra, antes del fin, necesito decir que el nombre de este blog es de autoría de Iván Muñoz, el Tutito, amigo de mil batallas perrunas en las lides de la Gloriosa Población San Joaquín en nuestros ya idos, pero con cariño recordados, años mozos.

Dicho esto... ahí van... :-)

 

Todo comentario realizado con respeto es bienvenido.

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *