Este caso viene sonando mucho en los medios... pero me pasa algo con los medios... nunca hacen que la historia de algún caso tenga historia... sus publicaciones son tan desmembradas que uno pierde el sentido de hacia dónde va la cosa o desde dónde viene y eso sin duda que desinforma...
En efecto, una vez se publicó que la jueza era una persona que
mal utilizaba su poder y en los juzgados eran historia conocida sus constantes abusos... En los pasillos de tribunales su carácter y forma de ser eran el comidillo y más de alguno le pedía a los cielos que algún día (aunque fuera lejano) se supieran sus actos reñidos con la conducta que un juez de la República debía tener en el uso de sus facultades.
Y así pasó... la Corte Suprema -tras múltiples denuncias- decidió abrir un
cuaderno de remoción y aplicarle una suspensión de 4 meses contra la jueza... En castellano significa que puede ser expulsada del poder judicial.
Y le llovió sobre mojado a la jueza express, pues paralelamente al cuaderno de remoción la primera sala de la Corte de Apelaciones de Santiago acogió una
querella de capítulo en su contra por denegación de justicia...
A reglón seguido, fue investigada en su accionar y tras ello trascendió a los medios
un informe hecho por el Ministro en visita Carlos Cerda donde deja expuesto el carácter y su forma de proceder en el ejercicio de sus funciones.
Al mismo tiempo, fue rechazado un
recurso de queja hecho por su defensa lo que sepultó las posibilidades de la jueza de seguir con vida dentro de la judicatura.
Recordemos que todo comenzó por una denuncia hecha por el Fiscal, Daniel Calvo, en contra de la cuestionada magistrada del Quinto Juzgado de Menores al descubrirse que la imputada habría fallado 841 causas en 48 horas en diciembre de 2003.
Los días pasarán y esperaremos con paciencia oriental el fallo del poder judicial en contra de uno de sus miembros... Menos mal que no esperaron a que Dios la juzgara... como una vez sabiamente Servando Jordán señalara que ellos juzgaban a los hombres de este terruño y solo Dios los podía juzgar a ellos...