miércoles, agosto 09, 2023

Pensamientos organizadamente sueltos

 Antes no identificaba ciertas sutiles distinciones que me guste o no, son determinantes. Diferencias, por ejemplo, entre remordimiento y arrepentimiento; entender y comprender; saber y conocer, querer y amar, todos conceptos que utilizamos como sinónimos cuando en realidad no lo son del todo, pues conllevan mayor profundidad en su ejecución, más compromiso, espiritualidad si se quiere, por lo que usualmente generan un cambio en quien los experimenta.

 Ese instante de claridad que algunos llaman epifanía, otros revelación, para el caso, resulta intrigante que con todas nuestras diferencias como humanidad, existan ciertos principios o ideales que sino todos, la mayoría de la gente, comparte en menor o mayor medida y que abarca desde los instintos básicos hasta complicadas elucubraciones filosofo-existenciales. 

 Considero que dada la naturaleza humana, debiésemos valorar con renovado interés aquellos conceptos que se manifiestan en todos los credos o la curiosa coincidencia que implica el que diferentes civilizaciones compartan símbolos y mitologías que alimentan a nuestra imaginación y con distinto significado, quién sabe, mantienen una trascendente e ignota influencia sobre nuestro inconsciente colectivo. 

 Estas ideas fueron encapsuladas en mensajes que están por todos lados. Ropa estampada, anuncios comerciales, grafitis en las paredes de las urbes. Tan trillados están que nadie las toma en serio aunque a la mayoría nos producen una remota incomodidad, tal vez porque hay verdad detrás.

Primera contradicción vital

 Ahí está ese eslogan que reza que la verdad nos hará libres que resulta literalmente cierto. En este punto, es menester hacer una distinción entre libertad y libre albedrío. Sin ir más lejos, la primera permite la existencia del segundo, sin información no podemos elegir, sin elección no existe el libre albedrío y ahí está el meollo del asunto. 

 Ahora bien, no es absurdo preguntarse el por qué es tan importante esta aclaración. En efecto, si no existe una real libertad, desaparece de inmediato hasta la más mínima presencia de la chance que nuestras elecciones no sean del todo nuestras. 

 Aplastan la opción de elegir cuando la información que nos entregan, en el mejor de los casos, es certera, pero insuficiente, mas la mayor parte de las veces, viene una pequeña verdad asfixiada debajo de gruesas capas de falacias y medias verdades.

 Lo triste de la verdad es que no es ni buena ni mala, lo que no tiene es remedio. Una vez develada es imposible volver atrás, al confortable velo de la docta ignorancia y comprendes porque comienzas a vivirlo lo que el Principito, con divina sabiduría, quiso decir con eso de "lo esencial es invisible a los ojos." Solo me queda por averiguar si acaso el ser libre en un mundo de esclavos será cómo lo imagino o será un mundo feliz, como inmortalizó el gran Charly García.

 En cualquier caso, hay que ser cuidadosos porque una cosa es poner bajo la lupa lo que sea y otra es repudiarlo porque no coincide o decididamente es contrario a personales concupiscencias. Ese tipo de actitudes, que por desgracia abundan, son especialmente corrosivas cuando emanan de aquellos que detentan el poder. 

 Las autoridades tienen la responsabilidad de sopesar concienzudamente sus decisiones antes de llevarlas a cabo, ya que afectan la vida de muchas personas aparte de la suya propia ergo deben estar orientadas al bien común y no a la satisfacción de necesidades o anhelos personales. Hasta mediados del siglo XX la única preocupación por los niños y niñas estribaba en si merecía la perna que el Estado los educara. 

 En 50 años las cosas mejoraron para la niñez. La declaración de los derechos del niño, las miles de fundaciones que se lucran en pos de la protección de la infancia y las políticas de relativismo epistemológico que los estados afiliados a la N.U. han implementado en sus países, dan cuenta de ello, al menos aparentemente. 

 Todos esos esfuerzos, empero, manifestaron ciertos efectos que, sin ser alarmista, han puesto en jaque el futuro de la humanidad. El asunto es que siendo evidente y maliciosamente contradictorio, nadie hace ni dice nada al respecto. Están advertidos de las consecuencias, nosotros no... 

Segunda contradicción vital

 En $hile, la ley dice que una persona abandona la interdicción por edad a los 18 años, que un adolescente de 13 años es inimputable. La razón que se arguye es que a esa edad, el o la joven no tiene discernimiento. Hasta aquí parece coherente, todo bien. 

 El problema aparece cuando el mismo legislador determina que un niño en edad preescolar está capacitado para decidir si es ella o él, aun cuando ya vienen de una manera predeterminada de fábrica, Cierto es que de tanto en tanto la naturaleza comete errores, pero por esas particularidades no parece sensato establecer un criterio general. 

 En otras palabras, un niño puede decidir si usará falda o pantalón independiente de su sexo, pero un adolescente no está capacitado para entender lo que es un ilícito como el asesinato o el robo y las razones que lo convierten en una conducta indeseable y por ende sancionada. 

 No quiero ser el soplón, pero todos tuvimos 13 años y sino todos, la mayoría teníamos consciencia de gozar de cierta impunidad frente a la ley y por eso la quebrábamos como jugando. Por definición a esa edad no es que carezcamos de buen juicio o sentido común, de lo que adolecemos es del miedo a posibles represalias derivadas de nuestros actos. Es cuando las personas enfrentamos la vida loca, sin responsabilidades ni temor a las consecuencias.

Tercera contradicción vital  

 Todas las veces que lo pienso, me resulta increíble que aún sea efectivo. Les hablo del miedo como herramienta de dominación de las muchedumbres. Comprendo que hasta antes de Nicolás Maquiavelo, las personas no supieran que el terror ha sido utilizado por los gobernantes desde que existe la civilización, pero tras la publicación, en 1532, de su manual del buen tirano llamado El Príncipe el asunto no es un secreto. 

 Con miedo y violencia, el presidente Piñera, dirigió al país desde octubre de 2019 hasta el fin de su mandato. Con miedo nos vacunaron, pues si bien el COVID si existe, no fue la mortal pandemia que las autoridades en conjunto pretenden creamos que fue. Un dato curioso es que durante la pandemia en $hile nadie murió de cáncer o ataques al corazón o cualquier otra afección y los que se fueron fue por culpa del COVID.

 Continuando con el bichito, nos dicen que existen personas asintomáticas... y todas las enfermedades se definen y reconocen por sus síntomas... Nos exigen vacunarnos contra un virus. Un ser vivo que lleva millones de años sobre el planeta y que, nosotros lo sepamos, solo hace tres cosas, comer, defecar y cambiar. 

 Es su naturaleza y por ello constantemente modifica su estructura genética, ergo es bastante posible que el "bicho" del hoy sea distinto al "bicho" del mañana. Una cosa es inocularse en contra de la tuberculosis, enfermedad de origen bacteriana y otra es tomar amoxicilina para aliviar los síntomas de la gripe.

 Al menos les parecerá insólito que hasta los años 50 el máximo glucosa en la sangre era de 150 y de pronto fue repensado para quedar en 90 y chauchas. Lo que nadie recuerda de ese dato freak es que el ajuste coincidió con la salida al mercado de la insulina sintética. De un paraguaso, la cantidad de público cautivo para el novel producto creció de manera exponencial.

Cuarta contradicción vital

 La ignorancia por elección debe ser considerada como una conducta peligrosa para la salud de la sociedad. En ese sentido, quien la elige debiese etiquetarse como delincuente. Qué decir de aquellos que la fomenten. 

 Ahora bien, es menester establecer que por un lado existe la ignorancia y por el otro el analfabetismo funcional que, a mi modo de ver, es peor que la primera, pues genera en el individuo que la padece, una invisible dificultad para comprender lo que se lee. Invisible gracias al video. 

 El problema estriba en que las autoridades no le dicen a nadie que para nuestro cerebro, leer equivale a hacer pesas para incrementar la masa de un músculo. El primer ejercicio  desarrolla nuestras habilidades cognitivas, el segundo nuestra masa muscular. 

 Interesantes imágenes de la actividad cerebral mostraron que cuando vemos una película como el señor de los anillos, nuestro cerebro a penas muestra actividad, pero al leer la misma historia, el mismo conjunto de neuronas, se enciende con una sobrecogedora sinfonía multicolor, apreciándose haces de luz tocando a otras células que a su vez, comenzaban a irradiar y expandirse, Las zonas negras eran ostensiblemente menos y más pequeñas al leer.

Quinta contradicción vital

 Me incomoda ver cosas y no decirlas. No concibo el silencio cómplice de aquellos que son testigos de una injusticia o abuso sin conmoverse o por lo menos condenar al infractor. A veces me pregunto si nadie ha pensado en que el mandamiento que inhibe robar, implica en sí mismo la preexistencia de la propiedad privada y el no desearás a la mujer de otro, el que las féminas no son dueñas de ellas mismas por una parte y la tácita afirmación que sin reglas claras tomamos y hacemos lo que se nos viene en gana sin ningún tipo de consideración ética o cierto grado de civilidad. 

 Somos seres gregarios que naturalmente nos asociamos. En todas las especies que manifiestan el mismo comportamiento existen reglas no escritas que determinan jerarquías, funciones y límites a la conducta que mantienen unida y sustentable a la comunidad. Todos los individuos las respetan hasta que el equilibrio se rompe, casi siempre, por la sobrepoblación. 

 Si es así, por qué los gobiernos premian con irrisorios montos de dinero a la ignorante población por llenarse de críos. Solo en este país "ayudan" a los progenitores con 40 mil pesos al año por hijo. Acá se unen dos factores cruciales, por un lado está la ignorancia de la gente que no se da cuenta, a pesar de vivirlo en carne propia, que cada vástago gasta al menos el doble al mes en solo comer.

 Ese tipo de conductas son parte de una política de estado llamada asistencialismo. No es que sea boca floja, pero pareciera que quienes manejan al Estado hacen todo lo posible para perpetuar tanto la ignorancia como la pobreza entre sus propios ciudadanos. 

 Lejos de ser una buena idea, este continuo proceder, será el caldo de cultivo para la creación de masas cada vez más grandes, fácilmente convertidas en turbas medievales sin reparos éticos o morales que les impida utilizar la violencia como forma idónea de expresar descontento o malestar respecto de lo que sea les cause aversión.

Sexta contradicción vital

 Mi padre me instó a pensar por mí mismo, sin ideologías o religiones que enturbien el acto de conocer. Tomando en cuenta aquello y como regalo final les contaré los orígenes de la democracia y el por qué no es todo lo maravillosa que dicen que es. Su génesis, como todos lo sabemos, estuvo en la polis griega Atenas, perfeccionándose en sus dos más prósperas colonias: Roma y Cartago. 

 La mayoría de los libros coinciden en que surgió como respuesta a las tiranías hereditarias que utilizan el poder para beneficio propio, abusando de los súbditos por medio de altos impuestos y el miedo a las armas de su ejército. Quizás el tema del dinero fue el que terminó por aburrir a los nobles quienes se hicieron del poder y en vez de concentrarlo en un solo hombre, lo dividieron entre varias personas, formando un cuerpo colegiado al que se accedía por medio del voto.

 Pero no todo lo que brilla es oro y en este caso pasa exactamente lo mismo. En la democracia, las elecciones, candidaturas y campañas, al menos en este país, las ganan normalmente quienes cuelgan más carteles con su foto o su publicidad aparece más seguido en los medios de comunicación. Los partidos políticos solo se han convertido en un colchón de votos que fomenta la desidia y falta de compromiso con la labor social de aquellos que buscan cargos públicos, supuestamente para servir.

 Nuestra democracia no está en peligro, las instituciones funcionan. Es cierto, no está en peligro, porque nació muerta y sí funcionan, sin embargo, resulta al menos cuestionable el cómo lo hacen, pues solo en $hile el derecho administrativo es una rama tangible del derecho, con jurisprudencia propia, igualito a la escuela francesa, pero a diferencia de ella, acá nos olvidamos de crear los tribunales administrativos, dejando la fiscalización y poder sancionatorio sobre la propia administración en los tribunales de justicia. Es decir, son juez y parte cuando un ciudadano común se ve afectado en sus derechos y acude a los tribunales de justicia por protección.

 A veces me baja el cinismo y pienso que si de verdad el voto sirviera para cambiar las cosas, estaría prohibido. Alguien dijo por ahí que para obtener resultados distintos, es necesario hacer las cosas de diferente forma y una buena manera de empezar podría ser dejar de fijarnos en las diferencias, porque de verdad no existen y pelearnos por ellas es jugar un juego con las reglas maliciosamente alteradas.  


Yo opino... decía el entrañable Chapulín Colorado

Cháchara y rollos de C Salvo

Este espacio, o sea, Un día en la ciudad, tiene la esperanza de algún día parecerse a una columna de opinión donde espero poder continuar:
  • Tratando los temas que me interesan, y
  • Dejando testimonio de lo que alguna vez pensé sobre esto o aquello... (oigan, he cambiado harto desde que empecé hace 13 años {no corridos} en esto)
En fin, no pretendo molestar a nadie, pero si pasa... lo lamento... Y... de verdad, gracias por leerme... ;-)

... Un momento enano, como decía Pedro Picapiedra, antes del fin, necesito decir que el nombre de este blog es de autoría de Iván Muñoz, el Tutito, amigo de mil batallas perrunas en las lides de la Gloriosa Población San Joaquín en nuestros ya idos, pero con cariño recordados, años mozos.

Dicho esto... ahí van... :-)

 

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