viernes, abril 22, 2022

Próceres latinoamericanos no tan próceres

 La historia oficial nos afirma que Simón Bolívar era un tipo buena onda y con un tremendo sueño de unidad continental; que José de San Martín fue un militar avezado y un estadista agudo e inteligente; que O'Higgins era un tremendo y respetado líder y que Tupác Amaru segundo fue un desinteresado y patriota guerrero... cuando la realidad fue completamente opuesta a la contada... 

En efecto, el sueño bolivariano consistía en una América unida, pero bajo la égida del pequeñín Bolívar. Sin eufemismos, podemos afirmar que tras tomarse el virreinato del Perú por las armas, fue el primer dictador americano. San Martín, en tanto, organizó y ejecutó la muerte de todos aquellos que se oponían a lo que los masones ingleses querían para la región.

O'Higgins, por su parte, estuvo a punto de hacer fracasar el movimiento independentista con su negligencia al mando de las fuerzas libertadoras, siendo su única y gran gracia militar el haber llegado herido a Maipú un par de horas después de que la última bala surcara el aire. 

También están los pasteles que nada tuvieron que ver con los masones, pero igual trataron de arrancarse con los tarros por cuenta propia. Si, me refiero al medio inca, Tupác Amaru Segundo que inició una revuelta porque la Corona le había subido los impuestos y eso impedía que se volviera más rico y poderoso que el otro jefe indígena local, Tupac Catari... y esto solo es el principio.

Afirman que el cura, Miguel Hidalgo, fue quien libertó a los Mejicanos y la verdad, no fue así... Es cierto que fue el primero en rebelarse en contra del dominio español, pero a su muerte, México aún era una colonia del imperio ibérico... Quien independizó a los cuates fue su primer autonombrado emperador, Agustín de Iturbide. 

Iturbide logró la independencia de México sin disparar una sola bala, alcanzando la capitulación del virrey de España sin derramamiento de sangre. Al mismo tiempo, declaró a los indígenas como ciudadanos del nuevo país y por si fuera poco, no se vendió a los ingleses como los próceres sudamericanos. Sin embargo, el resto de los notables mejicanos no tardaron en ponerse al servicio de las potencias extranjeras, vendiendo las riquezas de su país al mejor postor. 

Maquinaciones extranjeras

Sin ir más lejos, el plan que se ejecutó en las colonias (Plan Maitland), fue concebido en Inglaterra y su objetivo principal era sacar a los españoles para meter a los británicos en ese nuevo mercado de materias primas que era América. 

La idea consistía en hacerse de nuevas colonias por la vía del comercio libre donde la isla tenía todas las de ganar, pues su sector productivo era por lejos mucho más eficiente que la incipiente industria casi artesanal criolla.

Los casacas rojas, al ver que por el uso de las armas no se conseguiría entrar en las colonias ibéricas, comenzaron a entender que una revolución en los dominios peninsulares, era el único camino posible para erradicar la soberanía española del nuevo mundo. Al menos eso dijo el famoso Duque de Wellington por allá en 1805.

Este mismo relato nos señala que estos libertadores llevaron a cabo los procesos independentistas para erradicar la esclavitud o crear países libres y soberanos y la realidad fue totalmente opuesta a ello. De hecho, la esclavitud no fue abolida sino varias décadas después. 

A base de sangre y fuego los conservadores, financiados por capitales masones ingleses, impusieron su modelo, manteniendo sus privilegios a cambio de entregar al capital foráneo la explotación y comercialización de las riquezas naturales de los nóveles estados.

Por 30 monedas, desde siempre

El legado de estos señores próceres fue guiar sangrientas guerras civiles en las colonias españolas, eliminar por la vía del asesinato a quienes se opusieron a sus planes, hipotecar las economías de los futuros estados a cambio de armas y recursos financieros para con ellos, finalmente imponerse a sus rivales.

Primero eliminaron a los criollos pro españoles, luego a los criollos denominados pipiolos y todo gracias al gentil, pero no desinteresado auspicio de burgueses británicos que vieron en América solo otro lugar al cual explotar para ser cada vez más ricos.

Ya no suena tan romántica ni llena de honor la historia del cómo los americanos nos separamos de los españoles... El solo hecho de entender que fue más una guerra civil que un conflicto entre naciones nos da una perspectiva diferente del enfrentamiento y el saber que sacamos a uno para meter a otro peor y el cómo lo hicieron me llena de vergüenza ajena, pues sus descendientes siguen jactándose de un patriotismo que jamás existió.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Yo opino... decía el entrañable Chapulín Colorado

Cháchara y rollos de C Salvo

Este espacio, o sea, Un día en la ciudad, tiene la esperanza de algún día parecerse a una columna de opinión donde espero poder continuar:
  • Tratando los temas que me interesan, y
  • Dejando testimonio de lo que alguna vez pensé sobre esto o aquello... (oigan, he cambiado harto desde que empecé hace 13 años {no corridos} en esto)
En fin, no pretendo molestar a nadie, pero si pasa... lo lamento... Y... de verdad, gracias por leerme... ;-)

... Un momento enano, como decía Pedro Picapiedra, antes del fin, necesito decir que el nombre de este blog es de autoría de Iván Muñoz, el Tutito, amigo de mil batallas perrunas en las lides de la Gloriosa Población San Joaquín en nuestros ya idos, pero con cariño recordados, años mozos.

Dicho esto... ahí van... :-)

 

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