sábado, abril 23, 2022

¿Dios, dioses, ángeles, extraterrestres o evolución?

 Parece increíble a simple vista... la coincidencia de las coincidencias... y, por cierto, da para especular hasta el cansancio. Los hombres, en diferentes partes del mundo, al mismo tiempo o en diferentes épocas, han plasmado en roca, arcilla, pergaminos o madera singularidades que no dejan de sorprender.

Así tenemos que Babilonia, Sumeria, Egipto, Persia, India, Aztecas, Mayas, Toltecas y China fueron iluminadas con las ciencias, artes, metalurgia, orfebrería, matemáticas y astronomía por seres que llegaron desde otra parte con el conocimiento que enseñaron.

En otras palabras, los hombres que fundaron nuestra civilización dejaron el neolítico gracias a la intervención de seres extranjeros, venidos quién sabe de donde, pero con tecnología y conocimientos, incluso superiores a los actuales de los cuales tanto nos vanagloriamos.

Muchos de esos conocimientos fueron borrados de los anales de la humanidad el día en que ardió la Biblioteca de Alejandría, tras la incursión romana que terminó por conquistar el imperio egipcio. Se especula que se perdieron libros con los secretos más profundos del cosmos y la naturaleza y de cómo funciona todo. A cambio, nos quedamos con Aristóteles y una ciencia fraccionada y envuelta en capas de religión y superchería.

Quizás por ello, aún no explicamos, por ejemplo que culturas que no tuvieron contacto entre sí, se hayan desarrollado de manera similar o que casi al mismo tiempo en diferentes partes del mundo las personas descubrieran o crearan inventos de similares características.

Existen muchas teorías que tratan de explicar el origen de nuestra especie. La ciencia apela a la evolución, que de no ser por el hombre, explica con pasmosa precisión el cómo se pobló el planeta con vida. La religión en cambio se esfuerza en asegurar la existencia de uno o unos dioses los que nos crearon en un arranque de buena onda... Luego, también están aquellos que aseguran fueron seres extraterrestres los que, por diferentes razones (casi todas mezquinas), nos hicieron, mezclando el adn de los primates con el suyo.

La naturaleza misma descarta la posibilidad que seamos un híbrido, porque la mayoría de ellos carecen de la posibilidad de reproducirse y está claro que éste no es el caso. Por ello, me inclino a pensar que esto se debe, sencillamente, a que todos los humanos tenemos la misma carga genética y, además, no es menor el hecho de que en todas partes existen más o menos las mismas formas y la vida funciona del mismo modo.

Es quizás esta carga genética y un medio con figuras similares, lo que explique en cierto modo, el desarrollo similar de todas las civilizaciones humanas... Todas tuvieron el poder concentrado en una persona, todas, clases sociales bien diferencias, todas, un clero, todas, un ejército leal a la figura del gobernante y todas basaron sus relaciones con otras naciones o en el comercio o en la guerra.

Sean dioses, ángeles, extraterrestres o la simple combinación azarosa de la naturaleza, el caso es que aún no sabemos con certeza nuestro origen ni tampoco el cómo del tremendo salto que dio la humanidad desde el neolítico a la edad de los metales en tan poco tiempo.

En efecto, de la caza y recolección a la agricultura resulta un paso lógico... Era cosa de observar con atención, un poco de fortuna y algo perspicacia para lograr unir la semilla con la planta... De ahí a la ganadería casi ni se notó el proceso... La piedra, el hueso y la madera eran más que suficientes para una vida de granjeros autosustentables. Entonces, por qué se creó la necesidad de contar con metales?

No dejo de pensar en el por qué tanto empeño en hacernos pensar en los extraterrestres, sacando de la ecuación creativa del Universo y del ser humano a Dios, a sus hermanos menores y a sus ángeles. La ciencia se ha inclinado en favor de seres de otros planetas, sin embargo, como yo soy porfiado, creo que existen distintos estados vibratorios de la vida, siendo el biológico el de más baja estofa y estos annumaki o pleyadianos o klingons o cómo se llamen lo sabían y por ello eran superiores.

Sea cual sea el caso, lo único seguro hasta el momento es que la humanidad pareciera no es el resultado de 4500 años de evolución espontánea o el famoso eslabón perdido aún no estaría perdido y nuestra especie gozaría de la misma conexión que tienen el resto de las especies entre sí y con su medio, cosa que no acontece.

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Yo opino... decía el entrañable Chapulín Colorado

Cháchara y rollos de C Salvo

Este espacio, o sea, Un día en la ciudad, tiene la esperanza de algún día parecerse a una columna de opinión donde espero poder continuar:
  • Tratando los temas que me interesan, y
  • Dejando testimonio de lo que alguna vez pensé sobre esto o aquello... (oigan, he cambiado harto desde que empecé hace 13 años {no corridos} en esto)
En fin, no pretendo molestar a nadie, pero si pasa... lo lamento... Y... de verdad, gracias por leerme... ;-)

... Un momento enano, como decía Pedro Picapiedra, antes del fin, necesito decir que el nombre de este blog es de autoría de Iván Muñoz, el Tutito, amigo de mil batallas perrunas en las lides de la Gloriosa Población San Joaquín en nuestros ya idos, pero con cariño recordados, años mozos.

Dicho esto... ahí van... :-)

 

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