Será una cuestión de enfoque?

 Por allá a comienzos de los 90 El Mercurio publicaba una noticia que aseguraba que por estas fechas las pensiones serían más que suficientes para vivir de forma digna para todos los pensionados, pero todos sabemos que la cosa no resultó así.

 Nadie puede discutir que el tema de las AFP es complejo y que las pensiones son un asunto social de múltiples aristas que implican qué calidad de vida queremos tener después de una vida de trabajo, tras el retiro. Entonces, el cuento no es solo números ni fríos dineros.

 El problema surge porque el fin de las AFP no es garantizar una pensión, sino generar ganancias a corto plazo producto de la inversión de los dineros de los afiliados en variadas opciones cortoplazistas y sujetas a los vaivenes de los siempre cambiantes mercados financieros.

 De plano el modelo no resiste ningún análisis serio, no si el objetivo es el bienestar de los pensionados. Mucho menos si consideramos que los altos ejecutivos de las compañías que manejan estos fondos de pensiones, están convencidos que los dineros les pertenecen, adjudicándoselos tras la muerte del afiliado y manejándolos a voluntad sin asumir los costos de las pérdidas, pero llevándose la mayor parte al momento de ganar. En otras palabras, es el negocio perfecto donde si pierden, pierden dinero ajeno, pero si ganan, el pozo es suyo.

 Las AFP es otro botón de muestra del abuso legal que existe en este país el cual todos están conscientes, pero no solo nadie hace nada por impedirlo, sino que todas las fuerzas políticas acordaron normar sobre el corriente, legalizando lo que tiene todos los matices de una estafa amparada por una ley inconstitucional e inmoral. Sin ser santo de mi devoción la única diputada que votó en contra de convertir en el ley el proyecto de Lagos, fue la señora María Rozas, que descanse en paz.

Muerto el perro, la rabia se acaba

 Quienes aceptaron que esta norma fuera parte de nuestro ordenamiento jurídico, pasaron por alto todos los principios constitucionales que están obligados a respetar. Sin embargo, la insondable red normativa aparte de permitirles este tipo de actuar, cada vez que se logra encontrar un foco de corrupción, aparece un chivo expiatorio que asumen culpas propias y de los que desde las sombras y el anonimato que da el poder del dinero y son los jefes de verdad.

 El común denominador en todos los casos que aparecieron en la prensa desde la década de los 90 donde al menos uno de los involucrados era parte de la aristocracia criolla fue la historia en sí misma. Al ser sorprendido, grandes titulares que dieran cuenta de su desgracia. 

 Durante el proceso, 5 segundos o un recuadro de 2 x 5 en el ángulo superior de la página de la derecha del matutino para el el mejor de los casos avisar como casi un clasificado de poca monta, el abandono de la causa o la libertad del procesado por vicios de procedimiento.

 Lo contó como chiste el asertivo Bombo Fica, pero en realidad sí pasó en la operación Océano cuando a mediados de los 90 fue descubierto en un carguero una tonelada de drogas. Semanas después la prensa hablaba de poco más de 700 kilos, no se cumplían los dos meses y ya era media tonelada. 

 Dos años después, en un recuadro ínfimo en un diario de circulación regional se informó a la comunidad de las sanciones para los involucrados en el proceso por la que se conocía como operación océano y en el cual estaban involucrados más de 200 kilos de drogas ilegales.

Botones "al cuete"

 Con esto solo espero que al menos investiguen por ustedes mismos y se den cuenta de cómo están configuradas las cosas. Por mencionar solo las que se me vienen en este instante a la cabeza, que el presidente no es quien maneja al país, sino aquellos que se reparten los directorios de la CChC, las AFP, lsapres, Codelco, Copec y en general los grandes generadores de dinero que tiene este país.

 Que la derecha e izquierda no existen porque cuando se trata de legislar temas país no solo olvidan sus irreconciliables diferencias, también, para no meter la pata, le piden consejo a terceros que ellos ven como eruditos en la materia como cuando legisladores de todos los partidos recibieron dineros, instrucciones y párrafos completos para normas como la ley de pesca y quien sabe cuántas más. 

 La policía no existe para combatir la delincuencia, sino asegurarse que ciertos sectores de la población puedan desarrollar sus actividades en paz. Para entender esto, debemos ir más atrás y ubicar a la delincuencia ya no como una lacra social, sino como un caldo de cultivo para un próspero negocio: las cárceles.

Diabólico emprendimiento

 La única solución para terminar con el círculo vicioso de la delincuencia es educar a los ciudadanos, es lento y quien lo anuncia rara vez corta la cinta ante las cámaras, pero lo peor de ese virtuoso proceso es que en una generación, el negocio de la delincuencia perderá todo atractivo.

 Antes de principios de la década de los 90, el segmento de crónica roja en los noticiarios, no pasaba del par de minutos justo antes de la sección deportiva. pero con el regreso de la democracia, la prensa inició una insistente propaganda, reemplazando la alegría que aún respirábamos por un patente miedo a los bandidos.

 Acompañando a la sensación general de vulnerabilidad, el sistema penal a mediados de la primera década del nuevo milenio se sometía a una cirugía mayor, implementando a la chilena un nuevo sistema procesal penal que a todas luces fue diseñado por los mismos genios del Transantiago. 

 Esta reforma desde todos los puntos de vista fue un completo fracaso, pues rápidamente el sistema se vio superado generando en la población civil el convencimiento de ser la negligencia e ineptitud de las policías y el poder judicial las culpables de su nuevo nombre: los tribunales de injusticia, aquellos entes colegiados que fallan en derecho, o sea, basándose en la ley, sin preguntarse una sola vez si la ley en la que basan sus sanciones es ecuánime o al menos si no contradice los principios en los que dicen sus juicios apoyar. Hasta en el ejército está permitido cuestionar una orden. 

 Tal vez, las respuestas al constante incremento de la delincuencia no las hallemos porque las buscamos enfocándola como un fenómeno social, pero la política de estado aplicada en este rubro señala que a privados el Estado les paga casi un millón de pesos por recluso y no hace mucho, en la cárcel de Arica, varios internos se intoxicaron por comer alimentos en avanzado estado de descomposición.

 El objetivo entonces no está enfocado en la rehabilitación o reinserción de los internos, pues dichos procesos menguarían las ganancias de los empresarios penitenciarios, basadas en la cantidad de reos alojados en sus instalaciones. 

 En rigor, si tiramos una raya para la suma, mientras más rápida sea la rotación de delincuentes, la ganancia es mayor. Quizás sea esta una de las razones de la torcida aplicación de los derechos humanos, manoseando pilares epistemológicos como el debido proceso, llegando incluso a victimizar al ejecutor o sin una previa investigación, basan su actitud en telenovescos estereotipos, olvidando su investidura e importante rol.

 Cuento corto, la delincuencia existe y no acabará porque un reducido número de poderosos lo convirtió en un nicho comercial, siendo su reproducción la única misión de toda la estructura penitenciaria, ergo, muy pocos primerizos dejan el oficio, contrario sensu, la mayoría terminan de pulir sus dotes delictivos.

Respeto a la ley, a veces, gracias

 Antes del cambio de milenio, el tema número uno era la delincuencia, dejando muy atrás a los derechos humanos, fútbol y farándula, el otro fenómeno que explotó con la vuelta de la libertad de expresión. La credibilidad de la televisión se imponía en el inconsciente colectivo y la nueva libertad se vio materializada con más piel y aún selectos contenidos.

 Sin embargo, cuando el periodismo de investigación denunció el estado de putrefacción en la que se desenvolvían algunos ministros de los tribunales de justicia, una sistémica censura no tardó en actuar. Ese fue el primer síntoma que la nueva democracia venía muerta antes de nacer y... nadie se dio cuenta o al menos quienes lo hicieron, murieron en la rueda.

 Igual cuando una ministra de corte sin la facultad convoca al pleno y éste, sin la facultad también, conoce de una causa fuera de la instancia  para ese fin, creada. Al parecer conocer la ley y aplicarla con pasmosa frecuencia, no es suficiente garantía para asegurar que no incurrirá en acciones que pongan en entrevero la posibilidad de aplicarla en derecho y no quebrarla por cualquier medio y para cualquier fin.

 Si un Juez rompe la ley impunemente, qué garantías puede dar el Poder Judicial de ser la institución con el personal más idóneo para ejercer tremenda investidura. Esto pasa porque el enramado legal lo permite y aún no estoy seguro no cambia porque a nadie le incomoda como está o porque incomodaría a muchos en el caso que algunos decidieran ponerse serios.

El cartel 

 Los ciudadanos en este país cada día sentimos menos respeto por quienes manejan la nación, esto porque ya sabemos que hablan de corrido, visten con importada elegancia, toman decisiones por sobre el smog de la ciudad, empero no conocen la vergüenza, pues con soltura, a quien vende cd's piratas, tildan de ladrón y cometen acciones, al menos reñidas con la moral y las buenas costumbres que afectan a miles de personas comunes y su sanción no incluyó cárcel ni de los dineros involucrados, la devolución, tampoco a los afectados, algún tipo de reparación, pagándole a la sociedad su deuda con sesiones de ética que recuerdo, a modo de burla, el día final, la prensa lo cubrió.

 Me pregunto si los dineros mal habidos que Dávalos y su esposa obtuvieron tras manipular maliciosamente al sistema, están en manos del Estado y no en sus privados bolsillos. Todos sabemos que para que un banco como el Chile le pase unos millones a  un desconocido emprendedor, el proceso es engorroso, tedioso y requiere de una infinidad de documentos, todos legalizados, mucha paciencia y largo tiempo y se supone que en un Estado de Derecho nadie está por sobre la ley y que los requisitos y procesos son para todos por igual.

 En esa avivada del hijo y nuera de la ex presidenta Michelle Bachelet, no solo queda en evidencia que para los políticos el Estado es un banco donde pueden sacar dineros sin la presión de tener que devolverlos y que están dispuestos a torcer el correcto uso de la ley si así fuese necesario para lograrlo. Me río por lo bajo cuando pienso que todos estos más algunos generales y más de unos cuantos funcionarios públicos utilizar dineros fiscales para uso personal es una práctica no solo aceptable, sino que además, habitual. 

 En estas esferas el robo no se llama robo, los dineros del Estado no pertenecen a los contribuyentes, sino a quien le ponga las manos encima, aunque se me viene a la memoria un cartelito que una amiga muy querida leyó en una vitrina del comercio en una plaza europea. Recitaba así: "Si ves robar a un chileno, déjalo, es parte de su cultura,"

"Son todos narcos"

La ciudadanía se entera cuando a uno de los involucrados no lo incluyeron en la repartija o, encogido de miedo le grita todo a la oreja adecuada, en un intento de librarse de lo peor, Esos rara vez llegan a viejos, los que sí la saben hacer son aquellos que calladitos asumen propias y ajenas culpas, dejando a la familia el más generoso aprovisionamiento durante su cómoda estadía en Canadá.

 Un asegurado empleo al salir por buena conducta, varios años antes de su condena cumplir. Pregúntele a Dávila del Caso Codelco o a Orpis en el caso corpesca o Spiniak del caso de una red de pedofilia en el que el ahora finado ex emblemático de la UDI, Jovino Novoa, estuvo seriamente involucrado.

 Debemos comprender, de una vez por todas, que la clase política no hará nada por cambiar las reglas del juego. Más de un millón de personas manifestando su descontento con el sistema, solicitando urgentes cambios y los miedos de comunicación se enfocaban en la centena que se enfrentaba a jalabineros en sendas batallas campales, donde los representantes de la ley no solo abusaron de la fuerza legal, ya que en varios videos que circularon por las redes sociales, aparecieron drogándose antes y durante los enfrentamientos o los mostraba conversando con quienes, un rato después, se enfrentaban con inusitada violencia.

 Sin la existencia de las redes sociales, la señora Laura Millacura, en Cau cau, se habría enterado, a través de los medios oficiales, de una realidad de violencia desenfrenada y banal que sí la hubo, pero o provino de las fuerzas de orden como cuando incendiaron el metro o de grupos aislados, todos formados por personas hijas e hijos del ex Sename, marginales de una, hasta ese momento, indiferente sociedad y uniformados infiltrados, a cargo de azuzar las desorganizadas huestes con el fin de asegurarle a sus colegas uniformados, no se queden sin su sádica diversión.

 Puntos sobre una que otra "í" 

 Estamos manejados y divididos por mentiras históricas que justifican o encubren hasta donde pueden llegar aquellos que solo les interesa, la posición, el poder y las riquezas, pero no son capaces de ganárselas por sí mismos y por ello abusan de los recursos y las facultades plenipotenciarias que solo del Estado pueden obtener con el codicioso propósito de enriquecerse ellos y sus gandules.

 En los colegios, mientras la hubo, en las clases de historia se nos contó una romántica versión del período de anarquía post independencia, donde José Joaquín Prieto fue un juicioso general, Portales un habilidoso abogado y administrador o Baquedano un glorioso general y la realidad de los hechos es que fue Freire el General de verdad y Bilbao Padre e Infante los reales estadistas y patriotas.

 Fue Baquedano quien, comprado con libras esterlinas, defendió los intereses extranjeros en contra de un Gobierno legítimo, apoyando a un inconstitucional poder legislativo, quien mañosamente acusó falsamente a Balmaceda y todo porque el Presidente en el afán de obtener los recursos necesarios para implementar su ambicioso plan educacional, intentó nacionalizar al salitre, tocando los bolsillos ingleses que costeaban las costosas elecciones de varios miembros de ambos partidos y que obviamente defendieron en las cámaras legislativas al capital extranjero por sobre los intereses de la nación,

 Queridos amigos, termino esta lata, instándolos a utilizar el sentido común para notar las migajas de verdad entre tanta mentira, el discernimiento para unir estos trozos en un complejo rompecabezas que solo se descifra cuando la mente, el cuerpo y el espíritu se alinean, permitiendo entender que la sociedad es como es y las cosas se han llevado hasta este punto, prometiendo llegar aún más allá, a propósito, siguiendo un plan que comenzó de verdad cuando los reales enemigos de los hombres entendieron que la energía libre beneficiaría a todos y jamás lograrían el control de la humanidad.

 Hasta el tercer cuarto del siglo XIX muchos edificios públicos en Europa se iluminaban con energía libre. No fue hasta que otro mal clasificado héroe logró envasar la energía con el fin de cobrar por ella que poco a poco el cielo de las urbes, hasta ese entonces despejado, comenzó a cubrirse de peligrosos y anti estéticos cables, haciendo desaparecer de los anales de la historia en las enseñanzas de las nuevas generaciones a partir de 1890 al imperio de Tartaria.  

 Tesla murió en la más paupérrima pobreza, un imperio desapareció de la noche a la mañana del Pequeño Larousse con el solo fin de hacernos creer que las cosas son como son sencillamente porque no pueden ser de otro modo... Admito que preguntarse mucho parece un ejercicio peligroso y claro, a tipos famosos los ejecuta un francotirador a jotes insignificantes como yo, un intento de asalto, dos o tres puñaladas a mansalva y otro más que para siempre se calló.

 Antes de irme, contesto la pregunta titular... sobre si este proceder será una cuestión de enfoque y a la mente solo se me viene una tenebrosa idea donde los mismos que nos advirtieron sobre los nazis y los comunistas, son los dueños del mundo y sin ser mal agradecido, el capitalismo no ha dado ni una sola solución a los eternos problemas de la sociedad, muy por el contrario, solo ha permitido acelerar los procesos que nos harán como civilización, colapsar.