miércoles, diciembre 12, 2018

La Guerra de Arauco continúa

Desde que comprendieron que los recién llegados eran nada más que hombres, los Mapuches declararon una guerra (una más) en contra de los "nuevos" que a todas luces no tenian buenas intenciones... Esa guerra, dirigida hábilmente en algún momento de los inicios por Leftraru, mantuvo la frontera sur de la Capitanía General de Chile al norte del rio Bío Bío con mucho sudor y pólvora, pues aventurarse más allá era encontrar la muerte segura en territorio Araucano, decían ellos, Mapuche corregían los otros... Y así dicen que pasó por casi 300 años...

Fue promediando el siglo XIX que se envió a Don Vicente Pérez Rosales a Pacificar (ocupar en realidad) la Araucanía e imponer por la Razón o la Fuerza, el Estado de Derecho en la región, pues se venían colonos alemanes y había que tener la casa ordenada y segura. Les suena conocido así como de casualidad, como un deja vú... Bueno, Don Vicente con ayuda de su cumpa, Cornelio Saavedra, y auspiciado por los gobiernos de José Joaquín Pérez y Domingo Santa María, a punta de fúsil para los pacificados, y negociaciones exitosas encarnadas en pluma y papel para la posteridad, dejó las cosas más o menos en calma, pues no quedaron muchos como para seguir oponiéndose a las balas con ondas y lanzas.

Desde esos tiempos, el Estado, los terratenientes, los dueños de Chile y quién sabe quién más, bajo la tutela del imperio de la Ley, ha despojado a los Mapuches de sus tierras... OH! perdón... Según la versión leguleya, se las compraron en un acto totalmente apegado a la ley... Donde, obvio, ambas partes conocían la ley que dicen invocar; donde ambas partes comprendían, cavalmente y con la sutileza legal apropiada, los alcances de los actos realizados, supuestamente, con pleno y voluntario consentimiento... mmmmmm... permítanme abrigar una insignificante duda...

Me tinca que uno de los infranqueables obstáculos para resolver este problema es que el Estado, se apega a la Ley y su imperio y ese imperio dice que las tierras fueron adquiridas lícitamente... El problema es que la ley no toma en cuenta ni las condiciones bajo las cuales se llevó a cabo el "trato", ni la posibilidad de que una de las partes no entendiera lo mismo que la otra... a la ley solo le importan las firmas y los timbres... ojalá de colores... El imperio de la forma por sobre la sustancia... el imperio del abuso legalizado...

Es por esto que los Mapuches pueden, perfectamente, sentirse agraviados, engañados y despojados al punto de desconocer los acuerdos firmados. Sin embargo, si patalean, son los malos de la película, pues el cuento que los medios tienen para las masas, habla de un pueblo flojo, de ebrios, de aprovechadores que se quieren subir por el chorro con sus demandas... y rara vez informan con perspectiva histórica, pues la gente se daría cuenta de que lo que les pasó a los Mapuches y los demás pueblos originarios es lo mismo que nos están haciendo a nosotros con las AFP y todos sus chanchullos y malabares dignos de un Circo...

Con el Derecho privado nos meten el dedo en la boca legalmente y con el público eluden la misma ley que dicen respetar y seguir y a nosotros nos mantienen alineaditos con la coerción estatal a su total disposición y arbitrio en todos sus colores y sabores...

Yo creo que está bueno de tapar el sol con un dedo y seguir con el facilismo de rotular lo que está pasando en la Región de la Araucanía, con la palabra terrorismo o con la trillada frase la violencia de grupos aislados y sin propósito ni objetivos... Esto no es otra cosa que la continuación, rebrote, resurgimiento o como quieran llamarlo, de la Guerra de Arauco... y el Estado, si no aplica algo más que la ley, la violencia irá aumentando, pues todos sabemos que el gobierno está apagando el incendio con bencina, o no... Yo propongo que ese "algo más" que aplicar en el conflicto, sea partes iguales de sentido común y equidad... como para variar digo yo y en una de esas, pasa algo diferente, pues casi siempre, si queremos resultados distintos, debemos hacer las cosas de otra manera a la usual, dicen, yo no... :-)

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Yo opino... decía el entrañable Chapulín Colorado

Cháchara y rollos de C Salvo

Este espacio, o sea, Un día en la ciudad, tiene la esperanza de algún día parecerse a una columna de opinión donde espero poder continuar:
  • Tratando los temas que me interesan, y
  • Dejando testimonio de lo que alguna vez pensé sobre esto o aquello... (oigan, he cambiado harto desde que empecé hace 13 años {no corridos} en esto)
En fin, no pretendo molestar a nadie, pero si pasa... lo lamento... Y... de verdad, gracias por leerme... ;-)

... Un momento enano, como decía Pedro Picapiedra, antes del fin, necesito decir que el nombre de este blog es de autoría de Iván Muñoz, el Tutito, amigo de mil batallas perrunas en las lides de la Gloriosa Población San Joaquín en nuestros ya idos, pero con cariño recordados, años mozos.

Dicho esto... ahí van... :-)

 

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