miércoles, marzo 30, 2022

Héroes de Chile: José Miguel Carrera Verdugo

José Miguel no lo podía creer... Estaba indignado... Releía por cuarta vez la carta, pero su contenido no variaba... la ira competía con el asombro por apoderarse de su cabeza... Cómo era posible que un retrógrada como Toro y Zambrano presidiera la Junta y que ésta no diera pasos decisivos para una independencia de la Metrópoli... Estaba seguro era el momento para hacerlo... El mundo estaba cambiando, pero a Chile esos cambios no llegaban...

Manuel, en sus cartas, le confesaba sentirse ofuscado por lo timorato del actuar de los notables, ya que al igual que su amigo José Miguel, estaba convencido que era el momento de separarse, de una vez por todas, del yugo comercial al cual estaban sometidos por ser colonia, situación que cambiaría si se convertían en un estado soberano.

Ya eran más de tres años luchando en tierras extranjeras en contra de las huestes de Napoleón y la situación en su hogar prometía un camino de eterno vasallaje del cual ya estaba harto... En la guerra, el novel soldado rápidamente logró notoriedad por su inteligencia y bravura en el combate. Había escalado y aprendido mucho en Europa, pero necesitaba volver. Había partido como un joven abogado inexperto, mas ahora retornaba como un destacado y curtido estratega y militar...

En la capital

En el invierno de 1811 llega a Santiago y de inmediato se reúne con los notables para contarles sus experiencias y las serias y reales posibilidades de dejar de ser colonia para comenzar a vivir como un estado soberano dueño del suelo que sus botas pisaban...

No tardó en contactarse con sus viejos camaradas con los que, al notar que los nobles por cobardía no estaban dispuestos a enarbolar, al menos no públicamente, la bandera de la independencia, fraguó la forma de llegar al poder de modo de acelerar las cosas. Varias veces lo intentó hasta que en noviembre de ese mismo año se convirtió en el primer caudillo del país y uno de los primeros de Latinoamérica.

Una vez instalado en el poder, Carrera no estuvo ocioso ni pensó en su bolsillo... muy por el contrario... arriesgando a su familia, posición y fortuna, dedicó sus esfuerzos a educar al Pueblo. De esta manera, crea el Instituto Nacional, La biblioteca Nacional, los periódicos La Aurora de Chile y el Monitor Araucano y el primer Reglamento Constitucional de Chile.

También es obra suya el primer senado de la república y la instauración del famoso y bien ponderado 18 de septiembre como una fecha de festividades para enaltecer el amor por la patria de parte de los nuevos ciudadanos... 

Su amistad con Camilo Henríquez

Es tal vez el contacto con este monje el que motivó a Carrera a tratar de iluminar a su pueblo, mediante la difusión del conocimiento y la promoción del debate de ideas frescas provenientes del viejo continente. Así, le encargó a Henríquez la dirección del primer diario impreso en Chile: La Aurora de Chile.

En sus páginas, se trataron temas filosóficos, epistemológicos y carencias gremiales y sociales actuales que daban cuenta de nuevas ideas y formas de organización y comercio... Ideas que de implementarse no sólo los haría soberanos, sino que poderosos dentro del continente...

El Fraile era un díscolo dentro de la santa madre iglesia, pues no se conformaba con la caridad o el llenar los estómagos de los pobres... él quería educarlos, quería que dejaran de ser vasallos para convertirse en ciudadanos... En otras palabras, era peligroso el curita este...

Nobles cobardes

Tras la publicación y entrada en vigencia del Reglamento los notables del país se quejaron en bloque en su contra, pues lo consideraban un acto casi de guerra en contra del Imperio Español, lo que estimaban era una estupidez que amenazaba sus fortunas y privilegios, pues veían a España como invencible.

Les molestaba tanto o más que a los Carrera el embargo comercial al cual estaban sometidos... Se quejaban de ello cada vez que podían, pero, cuando José Miguel les mostró que el único camino hacia la eliminación del embargo, era dejar de ser colonia y que para que ello ocurriese, debían pelear, arriesgando no solo sus patrimonios, sino que también sus vidas, todos le dieron la espalda, prefiriendo vivir de rodillas a morir de pie.

No les había gustado para nada que se tomara el poder este cabrito que se había perdido por culpa de las malas juntas como ese don nadie, que vestía elegante porque era abogado nada más, de Manuel Rodríguez... Pero la lectura del Reglamento los puso, de verdad, nerviosos.

En efecto, si bien Carrera en el artículo 5 establece el dominio de España como la metrópoli, más adelante declara que el naciente estado era soberano en cuanto a sus decisiones relacionadas con el manejo interno del país... Les dijo a los españoles: señores, ustedes, mandan... pero mandan en
España, no acá... 

Necesitaban derrocar a este purulento republicano y apartarlo definitivamente del camino o los llevaría a una guerra en contra de los Realistas o a un estado del tipo francés donde los nobles no tenían cabida en el poder... Ambas opciones no eran viables dado que ponían en riesgo su posición en desmedro de los rotos picantes que conforman al pueblo.

Sin embargo, sus esfuerzos fueron tardíos, ya que la guerra por la independencia ya había comenzado al norte y este del continente y ya no tardaría en explotar en la misma plaza de armas de Santiago... Y bueno, tuvieron razón, porque desde Talcahuano, el virrey Abascal envió un contingente de soldados que se enfrentaron a un Carrera convertido por sus hombres en el primer general y comandante en jefe del ejército, dando inicio a la guerra por la independencia... Las armas no eran el camino para eliminar a Carrera... solo la traición podría funcionar... Y... Así no más fue...

Atornillando (como siempre) al revés

Las primeras batallas desalentaron las ideas de sacar a José Miguel del medio, pues rápidamente y de forma natural tomó las riendas del improvisado ejército que lo seguía ciegamente, producto de su bravura y pericia con la espada y la estrategia...

Las hazañas del novel soldado luchando por la libertad de Europa que otrora fueran grandemente ensalzadas por los realistas, se habían dado vuelta en su contra, demostrando lo mucho que aprendió no solo de sus mentores, sino también del formidable enemigo que fue Napoleón Bonaparte y sus temibles tropas. 

La unidad de los patriotas, si bien no los estaba llevando a la victoria, al menos les permitía dar una pelea más que digna... empero eso solo enardeció aún más a los noblecillos y con el propósito de debilitar la autoridad del General, nombraron a otro al mando, dividiendo las fuerzas entre Carrera y un inexperto, pero bien apitutado, Bernardo O'Higgins.

Tras el fracaso en Rancagua, donde la historia recuerda a un heroico O'Higgins abriéndose paso entre las filas enemigas, sable en mano... Carrera y el resto de los notables comprometidos, con la excepción de Rodíguez, viajaron rumbo a Mendoza, desde donde viajó a los Estados Unidos con el fin de organizar una armada.

Al regresar al continente la Logia Lautarina le impidió el ingreso al país, declarándolo prófugo. Carrera al verse imposibilitado de luchar en su tierra, decidió hacerlo en tierras gauchas, formando una montonera, la cual cayó derrotada y él detenido en la batalla de El Médano... Tras esos hechos fue fusilado en Mendoza a los 35 años y los chismes cuentan que fue O'Higgins el que dio la orden...

Si les interesó este señor, les puedo recomendar seguir conociéndolo acá.

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Yo opino... decía el entrañable Chapulín Colorado

Cháchara y rollos de C Salvo

Este espacio, o sea, Un día en la ciudad, tiene la esperanza de algún día parecerse a una columna de opinión donde espero poder continuar:
  • Tratando los temas que me interesan, y
  • Dejando testimonio de lo que alguna vez pensé sobre esto o aquello... (oigan, he cambiado harto desde que empecé hace 13 años {no corridos} en esto)
En fin, no pretendo molestar a nadie, pero si pasa... lo lamento... Y... de verdad, gracias por leerme... ;-)

... Un momento enano, como decía Pedro Picapiedra, antes del fin, necesito decir que el nombre de este blog es de autoría de Iván Muñoz, el Tutito, amigo de mil batallas perrunas en las lides de la Gloriosa Población San Joaquín en nuestros ya idos, pero con cariño recordados, años mozos.

Dicho esto... ahí van... :-)

 

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