viernes, mayo 20, 2022

Por siete minutos

 Para algunas personas, un montón de años en la universidad, al parecer, solo sirven para adquirir conocimientos y una indetectable dolencia conocida coloquialmente como deformación de la carrera, perdiéndose en el camino el sentido común y el criterio... 

Al menos de eso fui testigo hoy en el consultorio o CESFAM Sur ubicado en playa el águila casi al llegar a la avenida La Tirana, cuando a un amigo, con más de 60 años y múltiples dolencias crónicas, se le negó la atención, sencillamente porque llegamos 7 minutos tarde.

Entiendo que el personal de dichos centros asistenciales están sobrepasados de trabajo y todo el dolor al cual están expuestos los, por decirlo de algún modo, inmuniza contra el sufrimiento y los problemas de los demás. También comprendo que es inaceptable el llegar tarde a una cita previamente convenida y que dicho actuar solo demuestra una falta de respeto por el tiempo y trabajo de los demás (y no es chiste).

En el caso particular, la profesional determinó que el llegar tarde implicaba algo muy grave dado que la sanción fue no atender a mi amigo. Ley pareja no es dura, dicen. Sin embargo, la cosa no es tan así y la decisión más que acertada, a mi modo de ver, fue más bien arbitraria.

El paciente

Mi amigo, viene de una operación que casi le costó la vida. Estuvo viendo la luz al final del túnel en la uti durante varios días... Lleva unos dos meses recuperándose, perdió más de 40 kilos y mucha de su antigua vitalidad. En la consultorio saluda y bromea con quienes ya lo conocen, pues es un tipo simpático, muy culto y bueno para la risa.

Amén de lo anterior, mi compa es hipertenso y diabético y la cita de hoy estaba destinada a realizar las interconsultas necesarias para atender dichas afecciones. En efecto, el ex guatoncito no iba a curarse una uña o con un brazo roto y esta señora estimó que no era tan importante, dándole el mensaje a la recepción que la cita quedaba para el lunes y que les vaya bonito.

Guatoncito lleva sintiéndose mal por su hipertensión varios días ya... Necesita una remedicación, pues al perder tanto peso, las raciones de químicos también deben modificarse. Situación que claramente esta profesional de la salud debiese saber. Aún así, prefirió aplicar la burocracia por sobre su hipocrático juramento. 

Descargos y ayuda

Lo principal: Cita a las 8:15 y paciente llega a las 8:22 am. Se procedió a dar nueva hora al paciente sin dar oportunidad para explicar el por qué del retraso, costumbre que todos quienes conocen al Feña (me incluyo), sabrán que no forma parte de sus hábitos y debo aclararlo, de los míos tampoco... 

A diez minutos de la hora límite, nos encontrábamos a media cuadra del consultorio en medio de un embotellamiento vehicular producido por un auto detenido en el centro de la calle. Dado que el Feña debe andar en silla de ruedas, no pudo partir solo y... juntos los dos, pasamos los siguientes más de 13 minutos detenidos, conversando sobre el hecho que estábamos seguros, que un par de minutos tarde no revestiría gravedad, si explicábamos la situación. Cuek!

El atraso habría sido mayor si no fuera por la probada gentileza del guardia a cargo de la puerta del recinto, quien al explicarle la situación, ayudó a conseguir estacionamiento a pocos metros de la entrada al recinto. 

Este señor se dio el tiempo de escucharnos y entender que estábamos en una situación poco acostumbrada e incómoda por lo que necesitábamos ayuda y empatía. Ese caballero se comportó como un verdadero servidor público, pues en el problema, él prestó soluciones y no respuestas burocráticas.

Respuestas que siempre dan, pero que no ayudan a la gente que va a esos lugares no a socializar, sino que por dolor, por enfermedad, por muerte y al parecer, quienes los reciben, no lo ven de ese modo, no al menos la profesional que debió ver el expediente de mi amigo antes de mandarlo por tabla como si se tratara de un hipocondríaco más de los cientos que ve al día.

Me resulta casi tragicómico que esta señora nos haya apuntado con el dedo por 7 minutos de atraso cuando ellos, la mayoría de las veces, dicen... ya, el martes a las 10 y llegas el martes a las 9:45 por mejor y, por diversas razones, te atienden a las 11:30, haciéndose los chistosos como para relajar el ambiente... 

No me mal entiendan, por favor... en todos los trabajos lo urgente se come a lo importante. La queja no va por ahí, sino porque exigen a los demás algo que claramente ellos no dan.

Entonces, solo son draconianos cuando la yema del índice apuntador es la de ellos y así, no se vale, menos cuando pertenecen a un ente que por mandato constitucional debe servir a los ciudadanos y no al revés...




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Yo opino... decía el entrañable Chapulín Colorado

Cháchara y rollos de C Salvo

Este espacio, o sea, Un día en la ciudad, tiene la esperanza de algún día parecerse a una columna de opinión donde espero poder continuar:
  • Tratando los temas que me interesan, y
  • Dejando testimonio de lo que alguna vez pensé sobre esto o aquello... (oigan, he cambiado harto desde que empecé hace 13 años {no corridos} en esto)
En fin, no pretendo molestar a nadie, pero si pasa... lo lamento... Y... de verdad, gracias por leerme... ;-)

... Un momento enano, como decía Pedro Picapiedra, antes del fin, necesito decir que el nombre de este blog es de autoría de Iván Muñoz, el Tutito, amigo de mil batallas perrunas en las lides de la Gloriosa Población San Joaquín en nuestros ya idos, pero con cariño recordados, años mozos.

Dicho esto... ahí van... :-)

 

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